sábado, 24 de octubre de 2015

Psicoanálisis Freud: "TRES ENSAYOS SOBRE UNA TEORÍA SEXUAL"

1er ensayo: Aberraciones sexuales.
Llamamos objeto sexual a la persona de la que parte la atracción y meta sexual a la acción hacia la cual esfuerza la pulsion, pero existen desviaciones respecto de ambos. Como por ejemplo, las personas de sexo invertido, que tienen como objeto personas del mismo sexo o de ambos sexos, como los hermafroditas psicosexuales.
Esta inversión suele ser de carácter innato, ya que en ningún momento de su vida se presento en ella otra orientación de la pulsion sexual (concepto solo compatible con los invertidos absolutos) y degenerado, solo cuando se encuentran varias desviaciones respecto a la norma y cuando la capacidad de rendimiento y supervivencia se ven deteriorados.
También se consideran invertidos aquellos que tienen por objeto sexual a personas genesicamiente inmaduras (niños) o animales. No puede atribuirse insania a estos ya que la experiencia enseña que entre los insanos no se observan perturbaciones de la pulsion sexual diferentes a las hallados en las personas sanas.
Con respecto a las desviaciones de la meta sexual, se observa que la unión de los genitales en considerada la meta sexual normal, en el acto que se designa como coito y que lleva al alivio de la tensión sexual y la extinción temporaria de la pulsion sexual. Pero aun en el acto sexual mas normal se observan ciertas aberraciones caracterizadas como perversiones. Transgresiones anatómicas respecto de las zonas del cuerpo destinadas a la unión sexual, que conllevan un placer en si mismas, como el uso de la boca (solo cuando esta entra en contacto con los genitales del otro); o demoras en relaciones intermediarias con el objeto sexual, como el demorarse en el tocar o mirar (el camino mas frecuente por el cual se despierta la excitación libidinosa). También se da una sobreestimación del objeto sexual.
La experiencia cotidiana ha mostrado que la mayoría de estas transgresiones son un ingrediente de la vida sexual que raramente falta en las personas sanas, a excepción de aquellas en las que la pulsión sexual supera las resistencias (la vergüenza, el asco) como en el caso del abuso de cadáveres, etc, que se consideran patológicos.
2do ensayo: Sexualidad infantil.
El neonato trae consigo germenes de nociones sexuales que siguen desarrollándose durante cierto lapso, pero después sufren una progresiva sofocación. Se puede tomar como modelo de exteriorizaciones sexuales infantiles el chupeteo.
La pulsion no esta dirigida a otra persona; se satisface en el propio cuerpo, es autoerotica. La acción del niño chupeteador se rige por la búsqueda de un placer ya vivenciado y ahora recordado.
Al comienzo, la satisfacción de la zona erógena se asocia con la satisfacción de la necesidad de alimentarse; el quehacer sexual se apuntala primero en una de las funciones que sirven a la conservación de la vida y mas tarde se independiza de ella. Por esta vía, muchos niños pasan del chupeteo a la masturbación.
La necesidad de repetir esta satisfacción se da por un sentimiento de tensión que provoca displacer y una sensación de estimulo o de picazón condicionada proyectada a la zona erógena.
Sus pulsiones parciales singulares aspiran a conseguir placer, cada una por su cuenta, desconectadas entre si (como la pulsion de ver, la pulsion de crueldad).
3er ensayo: La metamorfosis en la pubertad.
Con la pubertad se introducen los cambios que llevan la vida sexual infantil a su conformación sexual definitiva. La pulsión que hasta entonces era autoerótica, ahora halla el objeto sexual. Todas las pulsiones parciales cooperan y las zonas erógenas se subordinan al primado de la zona genital.
La nueva meta consiste (en el varón) en la descarga de los productos genésicos; la pulsión sexual se pone al servicio de la función de reproducción.
Lo más inmediato para el niño será escoger como objeto sexual a las personas amadas desde la infancia, entra en juego entonces la barrera del incesto que los excluye de la elección del objeto por su calidad de parientes consanguíneos. Con esto se consuma el desasimiento respecto de la autoridad de los progenitores

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