Para Saussure, la lengua es una totalidad en si misma, homogénea; no es una nomenclatura, sino un sistema de signos que sirve para expresar una idea. Un producto social de la facultad del lenguaje, que los individuos registran pasivamente. Es soportado por todos los hablantes pero no puede ser modificada, al menos no a partir de una voluntad individual.
La diferencia entre esta y el lenguaje, es que el habla es individual, en cambio el lenguaje, es una facultad natural del sujeto, que invoca ambas cosas, es inherente al ser humano y puede ser utilizado para adquirir una o varias lenguas.
Signo lingüístico: Son las unidades que conforman la lengua, es la unión de un concepto y una imagen acústica; la unión del significado con el significante. Es lineal y arbitraria, lineal porque sigue un orden en el tiempo (por ejemplo, una oración) y arbitraria en relación con el significado, ya que existe una convención en la lengua que determina esta correspondencia.
Teoría del valor
La lengua se extiende en un fluir continuo de ideas confusas y sonidos. Las diferencias fónicas permiten separar una palabra de otra, uniendo una porción de significado con una porción de significante, creando los signos lingüísticos. No posee una entidad en si misma, sino en su relación de oposición y diferencia con los demás términos de una lengua.
Los signos entre si pueden formas dos combinaciones: Las relaciones Sintagmáticas y relaciones Asociativas; estas ultimas, en ausencia, pueden ocupar el espacio de los términos presentes, pertenecientes a las relaciones sintagmáticas.
Dos
tipos de afasias
Las
afasias son trastornos neurológicos que provocan un déficit de la
capacidad nominativa y la de combinar los distintos elementos de una
lengua.
Jakobson
plantea que hablar implica efectuar dos series de operaciones
simultaneas: por un lado, supone la selección de determinadas
entidades lingüísticas (por ejemplo, cierta cantidad de palabras
del léxico) y por el otro, su combinación en unidades lingüísticas
de un nivel de complejidad superior.
La
selección (y, correspondientemente, la sustitución) se refiere a
entidades asociadas en el código, pero no en el mensaje dado,
mientras que en el caso de la combinación, las entidades a las que
se refiere se hallan asociadas.
Polos
metafóricos y metonimicos
Los
tipos de afasia que afectan la capacidad de selección
(correspondiente al polo metonimico), producen un habla por pura
reacción, mantienen fácilmente una conversación, pero les es
difícil iniciar un dialogo; son capaces de replicar a un
interlocutor real o imaginario cuando son o creen ser los
destinatarios del mensaje. Cuanto mas profundamente se inserta el
enunciado en el contexto, mas probable se hace que esta clase de
pacientes llegue a pronunciarlo. (Por ejemplo, para decir “Esta
lloviendo” debe realmente, ver llover)
En
la afasia que altera la capacidad de combinar (perteneciente al polo
metafórico), disminuye la extensión y variedad de las frases. El
orden de las palabras se vuelve caótico y desaparecen los vínculos
de la coordinación y subordinación gramaticales.
LA INSTANCIA DE LA LETRA
Lacan, en “La instancia de la letra” transforma el signo Saussureano, invirtiéndolo y dándole preeminencia al significante, enfatizando la barra que los divide (la barrera de la censura), quitandole unidad. Planteando una resistencia a la significación y eliminando el paréntesis, ampliando así la significación, en la génesis de la producción del significado.
La significación se da entre significantes; no hay una significación ultima, ni un significado univoco a un objeto o palabra. La significación no proviene del significado sino de la oposición entre significantes. Y por retracción, y que cuando un hablante emite su mensaje, el significado recaerá retro-activamente sobre él, a partir de la sanción del Otro.
Si bien se trata de dos puertas idénticas, la oposición significante Caballeros/Damas engendra, sobre la realidad material de cada una de esas puertas, un significado propio para cada una.
Metáfora y metonimia
En la obra de Lacan, la significación no es un vinculo estable entre el significante y el significado, sino un proceso, por el cual el juego de los significantes produce la ilusión del significado a través de los polos metafóricos y metonimicos.
La significación es metonimica porque “siempre se refiere a otra significación”, en otras palabras, el sentido no se encuentra en ningún significante, sino en el juego entre los significantes a lo largo de una cadena (tomando la parte por el todo).
Y es metafórico porque supone cruzar la barra, “el pasaje del significante al significado”.